La domesticación ha cambiado las cabras como a los perros, son dependientes de nuestra mirada. Esto es algo que ya se sospechaba desde 2015 (lo expliqué en la entrada "Las cabras que miraban fíjamente a los hombres") y ahora se reafirma.
En el experimento se les presentaba un reto cada vez más difícil, al alcanzar el máximo nivel las cabras buscaban la mirada humana para que les ayudasen. Si el humano miraba a otra parte, la cabra no buscaba su ayuda.
Lo sorprendente de todo esto es que la domesticación de las cabras y la de los perros les ha dotado de la habilidades muy similares. Pero lo más sorprendente es que nosotros compartimos dichas características también. Parece que la domesticación (autodomesticación en nuestro caso) otorga a los organismos algunas de esas habilidades que nos caracteriza como especie, y que nos permiten comunicarnos con otras.
Tay
Goats display audience-dependent human-directed gazing behaviour in a problem-solving task
2 comentarios:
Vivimos en un planeta con muchas inteligencias y muchas clases de inteligencia.
Hasta la mismísima estupidez humana.
¡Tantas como problemas a resolver!
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