Del ataque de un caiman al cucu-tras



 Lance Burgos, se encontraba con su familia pescando en un lago de Luisiana el pasado 9 de abril. Parece ser que la técnica consiste en dejar unos cebos flotantes para siluros, que luego recogen uno por uno. Aquella tarde lo que había mordido el cebo no era un pez bigotudo, sino un enorme monstruo de piel escamosa.

 Me ha llamado la atención la risa del niño (o niña) que acompaña a Lance. Sin verle la cara cuesta trabajo discernir si es risa o llanto, y nos recuerda lo cercanamente emparentadas que están dichas reacciones. Nuestra expresión facial para la risa es muy parecida a la que otros primates poseen ante el terror. En el cine y la televisión es común ver chimpancés "sonriendo" cuando en realidad están aterrorizados (esa mirada que todos hemos visto en la que enseñan todos los dientes en una sonrisa apretada, ejemplo). Esto no quita que otros primates sean capaces de reír, pero en ellos, al igual que ocurre con nosotros, la risa y su opuesto parecen ser comportamientos muy cercanos. Esta es una idea que propuso Desmond Morris en su clásico "El mono desnudo".

 Quizás la forma más fácil de evidenciar esto es ver cómo y por qué ríen los niños pequeños. La risa surge tras una posible amenaza que finalmente no resulta ser tal. El clásico "cucu-tras" podría ser el mejor ejemplo de ello, donde podemos ver como la preocupación por la "desaparición" del adulto es sucedida por la risa al descubrirlo. La otra forma más básica de risa quizás sean las cosquillas, y encajan también en este razonamiento (sorpresa, exposición al peligro, etc). El valor adaptativo de esta reacción estaría relacionado con el fortalecimiento de los lazos sociales, motivo que explicaría por qué reímos 30 veces más en grupo que estando solos (link) y lo contagiosa que es la risa (vídeo).



En definitiva, en el vídeo encontramos un buen ejemplo de tensión rota, un peligro inesperado (que acaba en nada), la presencia del padre del niño reidor, perfecto para desencadenar la risa del niño.
Una risa que además, quizás por ser una "risa nerviosa" parece recordarnos su cercanía al llanto.

Tay.

Para profundizar más "El origen común de la sonrisa, la risa y el llanto" de Pablo Malo (@Pitiklinov)

Elefantes, cuervos y zombis suicidas


Llevo mucho tiempo sin dedicar na entrada a este blog, pero eso no quiere decir que haya estado desocupado. Os dejo por aquí algunos enlaces a las entradas que he publicado últimamente en otras webs. Espero que os gusten.



El rescate de un pequeño elefante. Matriarcas. en Naukas

Una manada de elefantes se encuentra rodeando el abrevadero, los enormes animales se muestran visiblemente alterados. La noche anterior los leones habían matado a una cría y los restos del pequeño aún se encuentran allí. Los leones descansan alrededor del agua y de su presa. El estado nervioso de los elefantes no se debe únicamente a los leones, ni por la presencia de un cadáver cerca del agua que vienen a buscar. Una cría de la manada se encuentra atrapada en el abrevadero, ha quedado literalmente del revés, y no puede salir por sus propios medios. El pequeño patalea inútilmente por salvar su vida, no sería la primera ni la última vez que un accidente como este le cuesta la vida a una cría de elefante... (continuar leyendo en Naukas)

La leyenda del cuervo y el búho. en el Cuaderno de Cultura Científica

Una historia popular musulmana cuenta que Mahoma huía de sus enemigos cuando encontró una cueva. En ella había un cuervo blanco (todos eran blancos, según la leyenda) que graznó “¡Ghar! ¡Ghar!” que en árabe significa “¡gruta!” o “¡cueva!” (y se transcribe como “غار”). Mahoma enfadado lo castigó con el color negro, y desde entonces la única palabra que el cuervo ha podido decir es esa; “¡cueva!”... (continuar leyendo en el CCC)

Toxoplasma, zombis y dientes de sable, en La nueva Ilustración Evolucionista

Hay una idea que en principio parece demencial; quizás los seres humanos no somos un intruso en el ciclo biológico de Toxoplasma, puede que esté adaptado a nosotros de la misma forma que lo está a los roedores. Pero si es así debe existir un ciclo de vida en el que nosotros cumplamos el rol del ratón, y en ese ciclo debe haber un felino capaz de capturarnos y devorarnos... (continuar leyendo en LnIE)

Tay