Gatos asimétricos y consciencia

                               Hidden cat en flickr
Hace ya unos cuantos años tuve un gato asimétrico (Misha), a mi me encantaba, había llegado a mi porque en una tienda de animales nadie lo quería. Hoy no me gustan las tiendas de animales, pero aquella era otra época. La gente lo consideraba muy feo y lo vendieron por 1000 pesetas a una prima hermana mía, con el tiempo por una y otra cosa el gato acabó siendo mi coleguilla.

De vez en cuando nos acordamos de él por un comportamiento que nos resultaba muy gracioso, cuando quería esconderse, metía la cabeza debajo de los faldones de la mesa camilla y se quedaba así quieto, con el resto del cuerpo perfectamente visible. Se escondía como si pensase que su existencia estuviese reducida únicamente a su visión (como si de un videojuego en primera persona se tratase) Muchas veces me preguntaba por si tenía consciencia del tamaño de su propio cuerpo, y por supuesto, si era consciente de que los demás podían ver el resto de su cuerpo, y de que podían verlo aunque él no los estuviese viendo en ese preciso momento.

La percepción de nuestro cuerpo es algo que no siempre ha sido evidente para cualquiera de nosotros, lo aprendemos con nuestro desarrollo. A lo largo del crecimiento vamos añadiendo funciones a eso que llamamos "consciencia".

Una prueba típica es pedir a un niño que empuje un carrito, con el truco de que éste va unido a un trozo de tela que cae justo donde está el asa para empujarlo. De esta forma, el niño que quiera empujar el carrito se encontrará probablemente pisando dicho trozo de tela, impidiendo con su propio peso que el carro se mueva. Solo cuando los niños tienen la suficiente percepción de su cuerpo se percatan de que son ellos los que impiden el movimiento, entonces recogen el trapo (o se apartan un poco) y mueven el objeto sin problema.

¡He encontrado el vídeo!


Una prueba aun más sencilla es el juego del "Cucu tras" que os muestro en el vídeo, el adulto se esconde frente a la mirada del pequeño y a su parecer ha desaparecido. El niño se lo pasa genial viendo desaparecer y aparecer de la nada a un adulto. Pude parecer que ese pequeño señor calvo sí sabe donde está el adulto cuando se esconde, pero no es así, esto no solo lo evidencia el "cucu tras" sino experimentos donde se tapa un objeto frente a la mirada de dicho señor, que es incapaz de encontrarlo.



¿Era mi gato consciente de sí mismo? estoy convencido de ello, ¿lo era de la misma forma que nosotros? Seguramente no. Hay un vídeo que me ha llevado a contaros la historia de mi gato Micha, y como todos los vídeos de internet que tienen un gato... ya supera el millón de visitas.



Aunque prefiero este otro, donde no hay posibilidad de oír el objeto escondido.

Tay

Imagen de cabecera de aquí
El vídeo del carrito es de Fogonazos
El vídeo de Kido lo he encontrado en ForeverDai

2 comentarios:

Raven dijo...

Son gatos callejeros que han aprendido juegos para timar y ganarse la vida ! (Me he acordado de esa canción de Ska-p "El gato lopez" :D

Por otro lado, la prueba del carrito, respecto a conocerse a uno mismo...¿es menos "clara" que la del espejo ? Supongo que no sólo es eso, tanto el espejo como el carrito no son cosas que aparezcan en la naturaleza de forma habitual, quizás por eso tarda o cuesta más. Hay otra cosa que hacen los niños pequeños, no reconocer sus píes cuando son muy chichos, es como si fuese algo extraño que aparece en su campo de visión y les sorprende.

(fin del comentario inconexo :P )

Tay dijo...

Me encantan los comentarios inconexos! :D

Es una prueba distinta, ten en cuenta que esta se reduce a una causa y efecto de la posición del propio cuerpo, el espejo es más visual y más... social. El bicho que supera la prueba del espejo pasa por 4 fases, primero se asusta, después inspecciona el espejo, después lo pone a prueba haciendo movimientos raros, y por último se mira los cataplines (este último punto puede variar).

Aunque a mi personalmente la prueba del espejo no me parece tampoco muy buena, la veo más como un complemento que otra cosa.

Supongo que no reconocerse los pies puede ser similar a los gatos cuando ven su rabo moverse y les llama la atención, incluso tratan de pararlo con la pata.

Saludos!