El efecto óptico del dalmata (1965) es el ejemplo más conocido, tardamos algo en verlo, pero una vez lo hemos hecho, es difícil perderle la pista.
Acabo de descubrir las fotografías de Art Wolfe, y muchas de ellas parecen hechas a propósito para demostrar que no somos tan buenos reconociendo estos patrones, ¿o sí lo somos?
En cada una de ellas hay un animal, no están realizando un esfuerzo especial por esconderse, únicamente se encuentran en su medio natural. A ver si puedes encontrarlos todos.
Vía: Neatorama
3 comentarios:
Muy chulo, Tay. La vista humana es como es: una chapuza evolutiva para vivir en la sabana (donde la silueta de la cosas se ve mejor a contraluz). Después llegó el inventor de las gafas de sol -sí, has oído bien; las gafas de sol se inventaron antes que las lentes- allá por el siglo V antes de la era cristiana aquéllas, y sobre el año 1.000 éstas. Y con ellas llegó la tecnología de la visión...
Un dato muy interesante, no lo conocía :)
Un placer leerte José Manuel
Bueno, gafas de sol propiamente dichas, no; algo así como algún artilugio de cristales con esmeraldas u otros materiales naturales parecidos para filtrar la luz solar...
Siempre suyo de usted, amigo Tay
Publicar un comentario