La inteligencia de los cuervos los mantiene en un difícil equilibrio entre la desconfianza y la curiosidad. ¿Cual es la mejor forma de acabar con la desconfianza? el juego, así es como los animales aprendemos los peligros y valoramos nuestras propias habilidades. En ocasiones el juego de los cuervos puede pesarle al pobre que se convierta en juguete (como bien quedó patente en aquella entrada).
En este caso no hay "damnificados", pero deja bien patente el espíritu de estos animales. Ha ocurrido en Canadá, el protagonista es un cuervo americano (Corvus brachyrhynchos), y lo describe así el propio autor del vídeo, Scott Rogers (la traducción es mía, el vídeo tras la descripción):
"Ocurrió cuando salí de casa con un amigo. Inmediatamente nos dimos cuenta de que un cuervo estaba sentado en el limpiaparabrisas del coche, que estaba aparcado en la calzada. Sorprendidos, pensamos que se asustaría al acercarnos, pero en lugar de irse nos observaba fríamente. Pensamos que al abrir las puertas del coche se iría. No ocurrió. Igual al arrancar el coche. Seguramente al movernos marcha atrás por la calle debería asustarlo. No lo hizo, el cuervo solo nos miraba a través del cristal. Después de avanzar poco a poco calle abajo sin que el cuervo se moviese, aceleré el coche. Incluso acelerando hasta que que sus plumas se movían hacia atrás, seguía ahí agarrado. Como no podía conducir bien con un ave enorme delante mía, paré el coche y encendí el limpiaparabrisas, estaba seguro de que finalmente le haría volar.
No le importó un carajo.
En ese momento decidí grabar el vídeo. Me habría encantado grabarlo todo, fue una locura.
La historia acaba bien, llegó el momento en el que salí del coche y con cuidado aparté al ave. No se resistió, dio unos saltitos y se fue volando, así que aparentemente no estaba herido. Una de las cosas más raras que he visto jamás"
Tay
Canal de Youtube del autor: Scott Rogers