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Pues es ahí donde radica el interés en las convergencias adaptativas, es el cómo las presiones selectivas, bajo los límites que las constricciones imponen, son capaces de moverse en un "creodo" con un destino común. Un destino que, como un atractor en un sistema caótico, arrastra a todo el que entra hacia un destino prefijado.
Gracias a un trabajo de reciente publicación ahora sabemos que los delfines no solo se encuentran "unidos" por la necesidad-casualidad de las convergencias con los ictiosaurios, sino también con los murciélagos, y a nivel genético.
Dentro de lo poco probable que es encontrar una convergencia evolutiva a nivel genético (un resultado fenotípico similar se puede alcanzar con secuencias distintas) se ha descubierto que el gen que permite la ecolocalización en delfines es sumamente parecido al de algunos murciélagos, en concreto comparten 14 cambios en la secuencia de aminoácidos del gen "prestin".
Pese a que la ecolocalización de delfines y murciélagos es muy distinta en la forma en la que se emite el sonido (a "gritos", tipo murciélago o con la "nariz", tipo delfín) , la convergencia evolutiva se ha dado porque este gen es el encargado de la detección del sonido al rebotar, favoreciendo que las células del oído de mamíferos se hagan más gruesas y sensibles a los sonidos agudos.
Sin duda es un dato curioso, pero la convergencia no acaba ahí, ya que el estudio ha sido publicado de forma independiente por dos grupos de investigación distintos, y ambos han llegado al mismo resultado casi a la vez, el grupo de Ying Li y el de Yang Liu...
¿Coincidencia o convergencia científica?
Tay
Fuentes:
BBC
NotExactlyRocketScience
Artículo de Gareth Jones
Artículo de Ying Li
Wikio