Hay un tema que aun no he tocado de forma "oficial" en el blog y del que, en cambio, si que se ha comentado algo en algún momento, me refiero al ya famoso
Proyecto Gran Simio, ese movimiento internacional que lucha por los derechos de los grandes simios, y que tiene como objetivo final la declaración por parte de las
Naciones Unidas de unos derechos para los
Grandes Simios Antropoides… lo cual es motivo de debate entre científicos y no científicos, y al mismo tiempo es un excelente creador de sarpullidos en
ciertos grupos religiosos.
Los derechos que pretende regalar/otorgar a los simios son
el derecho a la vida, a la libertad y a no ser maltratados ni física ni psicológicamente… y para justificar tales derechos se basa en los experimentos (no invasivos) que nos han abierto, lo que me gusta llamar, una “ventana” a su mente, desde la cual hemos podido observar algunas habilidades comunicativas y cognitivas de estos seres y también en la genética, que nos ayuda a apreciar la cercanía evolutiva del ser humano con estos primos nuestros... y es de esa cercanía de la que me interesa escribir aquí.
Los partidarios de este movimiento repiten una y otra vez que el genoma del chimpancé es un
99,4% similar al nuestro y por tanto son casi humanos, mientras que aquellos que son contrarios argumentan mofándose que si esto fuese significativo tendríamos que salvar los ratones por encontrarse en un cercano
80-90% de similitud, así como ese absurdo razonamiento por el cual, de repente se acuerdan de que existe un tercer mundo y lo recriminan a todo defensor de los derechos animales, algo que ni siquiera merece ser discutido y que respondo con
ésta cita de Gandhi.

La realidad es que aunque los chimpancés posean el 99,4% de nuestros genes, y estos, por separado sean iguales a los nuestros, su acción conjunta puede ordenarse de diversas maneras con resultados muy distintos, de igual modo que con las mismas piezas de
LEGO puedo construir un mono, un ser humano, o un coche... o como dice
Dawkins, ambas especies son como dos ediciones de un mismo libro, por ejemplo
El Origen de las Especies, pueden poseer casi las mismas palabras, el 99% de las palabras en ambas ediciones pueden ser las mismas, pero con cambiar una sola palabra en cada capitulo, todo el capitulo se considera distinto.
Por otro lado, el que, por ejemplo, un vegetal como la estudiadísima
Arabidopsis thaliana posea el mismo gen que tu posees (en el caso de que seas humano) para dar forma a tu cabeza, ella puede usarlo para dar forma a las hojas*.
¿Es ese 99,4% un indicador de que somos un 99,4% Chimpancés? ¿que nos indica entonces? bien, si tenemos en cuenta que nuestra semejanza con un gorila es del 97%, y que la diferencia del chimpancé con él es similar, estaremos percatándonos de que estamos mas cercanos al chimpancé de lo que éste lo está del gorila, así que
la verdadera utilidad de este dato es comparativa, somos parte de ese arbusto evolutivo, y nos recuerda que no estamos en una rama extrema, alejada de las demás e independiente, nuestra rama esta compartida con seres que tradicionalmente hemos excluido de ella... por conveniencia, claro.

Tay.
*Este caso se da entre Arabidopsis y Drosophila, si eres una mosca de la fruta, este ejemplo es perfectamente válido.
Fuentes:
Imagen del arbol, tomada "prestada" de
El Paleofreak Proyecto Gran Simio