Este es uno de los experimentos en psicología social mas famosos que existen, imagino que muchos de vosotros lo conocéis perfectamente, tanto el desarrollo como los debates que ha propiciado, en ese caso, podéis saltaros la introducción y ver directamente el último vídeo, pues muestra imágenes del mismo, que quizá os interesen...
El resto, si no tenéis prisa, seguidme por aquí...
A finales de los años sesenta,
Adolf Eichmann un homínido nazi fue juzgado por crímenes contra la humanidad (era responsable de
La Solución Final en
Polonia), con la sorpresa por parte de la sociedad de que este individuo no parecía un sádico, no parecía un monstruo capaz de matar a miles de personas... cuando se le preguntaba, el solo respondía... "
Cumplía órdenes"
Ante esto,
Stanley Milgram, un psicólogo social norteamericano empezó a pensar en la
obediencia a la autoridad, si una persona normal podría llegar a convertirse en un torturador o incluso en asesino simplemente por seguir las ordenes de un superior. El pensaba que esto no llegaría a suceder, si acaso, solamente en un porcentaje muy pequeño de la población.
Diseño un experimento con población estadounidense de entre 25 y 50 años, a los que les dijo que participarían en un
experimento de "memoria y aprendizaje" para que no influyese en su decisión sobre el verdadero sentido del mismo.
El individuo voluntario se encontraba con
un experimentador, serio y con bata blanca, y con
otro individuo que, como el, había sido voluntario para participar en el experimento... se le explicaba que el verdadero motivo de la investigación era averiguar cuanto "castigo" era necesario para un buen aprendizaje. Después, se elegía por "sorteo" uno de los dos voluntarios para que realizase la labor de "
maestro" y otro la de "
alumno".
El "maestro", separado del "alumno" por una pared, debía leer tres palabras, y el alumno, separado en otra habitación debía recordar la segunda de estas palabras, de no ser así, recibiría una descarga eléctrica… los primeros errores se corresponden con los primeros interruptores de los 30 totales, destinados a propinar descargas eléctricas que se incrementan en 15 voltios, hasta llegar al ultimo interruptor de 450 voltios…
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A medida que fallaba el “alumno” (
S en la imagen) las descargas eran cada vez mayores, siempre accionadas por el voluntario
(L), al llegar a
75 voltios se apreciaban las quejas del compañero en el papel de “alumno”, pero el hecho de estar bajo la presión del investigador (
V) hace continuar al voluntario… a los
120 voltios y
150 voltios el compañero grita de dolor, pero las calmadas palabras del investigador, “continúe” “el experimento requiere que continúe”, hacen al proseguir voluntario con el terrible experimento…
A los
270 voltios los gritos son de agonía, y a los
350 las descargas eléctricas hacen que el “alumno” no pueda ni responder a las preguntas…
Si las encuestas previas al experimento predijeron un promedio de descarga de
130 voltios y una obediencia del 0%, en realidad el 62,5% obedeció, llegando hasta los
450 voltios, incluso después de superar los
300 voltios (recordad que los botones de ordenaban de 15 en 15 voltios) donde el “alumno” ya no daba señales de vida.
Lo cierto es que el alumno, era un cómplice, un actor, tampoco la elección del “maestro” se realizaba al azar, pero este “maestro”, el individuo voluntario, no sabia de esto hasta bien acabado todo… Las conclusiones, como es de esperar, sorprendieron a todo el mundo, incluso al mismísimo
MilgramEste es un vídeo con imágenes de los experimentos de
Milgram.
Si pincháis
aquí, podréis ver la explicación y recreación del experimento por parte del equipo de
REDES.
Fuente:
Cepvi