Ricitos de Oro y la Vía Láctea

Colaboración con Naukas
A lo largo del artículo utilizaré el término “vida” para referirme al modelo de vida que encontramos en la Tierra.



Ricitos de Oro abandonó aquella pequeña casita, corría todo lo que podía, sus pequeñas piernas no daban para más, era solo una débil niña. El aire era helador, y lo era cada vez más, dolía al repartirse por el cuerpo hasta llegar a sus pulmones. El sol hacía rato que había desaparecido tras las enormes y lejanas montañas. Apenas podía ver nada, pero no le importaba, no había tenido cuidado en aquella casa y ahora lo podía pagar caro. Corría destartalada por el bosque, como lo haría un muñeco de trapo. No tenía otra opción, los rugidos de los osos hacían vibrar todo el bosque, si la alcanzaban la destrozarían, ella lo sabía, como sabía que lo merecía, no se había portado bien con los habitantes de aquella acogedora casita del bosque.

Llegó el momento en el que su cuerpo se rindió, y si no fue su cuerpo por entero, al menos una de sus piernas decidió desobedecer, el suelo aparentemente enfadado, como suele hacer en estos casos, fue rápidamente a golpearle en la cara.

¡Blam!

Ricitos de Oro se incorporó débilmente del suelo y descubrió horrorizada que ya no había osos persiguiéndola, horrorizada porque habría preferido que los osos la alcanzaran. Un siniestro yermo se extendía ante ella, la luz era tenue, extraña a cualquier otra, y el frio era tal que no se atrevía a respirar, ciertamente aquel lugar no se parecía a nada que hubiese visto antes, sin duda aquel no era un lugar para ella…
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Llamamos zona Ricitos de Oro a aquella zona del Sistema Solar en la que sabemos que la vida puede darse. La niña del cuento, Ricitos de Oro, era muy delicada, no quería la sopa ni muy fría ni muy caliente, y la cama ni muy dura ni muy blanda, algo muy parecido le ocurre a la vida.

Si hay una molécula importante para la vida, esa es el agua. Es especial, y no por tener memoria como argumentan algunos sin ninguna prueba, es especial porque es necesaria para las reacciones químicas de la vida. Muy cerca del sol el agua desaparecería en forma de vapor, y muy lejos solo encontraríamos hielo, es únicamente en la zona llamada “Ricitos de Oro” donde el agua podría encontrarse en forma de hielo, gas y líquido.

Nuestro planeta orbita delicadamente sobre este camino alrededor del Sol, es además gracias a una órbita no muy común, cercana al círculo perfecto, por lo que no nos salimos de esta zona habitable, un poco más cerca o más lejos del Sol y estaríamos perdidos.

Cuando hablamos de la zona “Ricitos de Oro” nos referimos a la zona habitable alrededor de una estrella, hoy sabemos que no solo orbitamos al Sol, sino que este orbita el centro galáctico, ¿existe algo similar a la zona Ricitos de Oro en la galaxia?

Como es bien sabido, la mayor parte de los elementos de la tabla periódica tienen su origen en la nucleosíntesis estelar. Los hornos de fusión nuclear que son las estrellas fraguan lentamente los elementos que su energía les permite, esto varía en función de la masa de la estrella y de la generación a la que esta pertenezca. Las primeras estrellas que se formaron después del Big Bang apenas tenían nada más que helio e hidrógeno, con el tiempo las más grandes estallaron, y repartieron los elementos creados en su interior por los alrededores, dichos elementos, que no solo incluían ya hidrógeno y helio, sino otros más pesados, formaron las estrellas de segunda generación… y así sucesivamente.

Esta diferencia en composición entre generaciones de estrellas se ve reflejada en su metalicidad, se mide en función a la cantidad de hidrógeno con respecto al hierro, y se valora en comparación con la de nuestra estrella. Es importante, pues el campo magnético que nos defiende de los rayos cósmicos debe su existencia al núcleo metálico terrestre, esta protección además ha impedido que nos quedemos sin atmósfera, como le ocurrió a nuestro vecino Marte. Pero no acaba aquí la cosa, si la metalicidad es inferior al 40% en una estrella, las predicciones nos dicen que no encontraremos planetas rocosos en ella.

La metalicidad es muy importante para Ricitos de Oro.


Si la metalicidad varía en función de la generación a la que pertenezca una estrella, será importante valorar la metalicidad de las estrellas para ver donde puede darse la vida. Nuestra preciosa Galaxia espiral, como otras de su clase, se divide en cuatro grandes zonas. Una esfera gigante (el halo galáctico) formada por estrellas ancianas y muy dispersas, su edad media es casi tan alta como la del mismísimo Universo (diez mil millones de años) y por tanto su metalicidad es muy baja, tanto, que difícilmente encontraremos planetas rocosos en ellas. En la Vía Láctea de forma sorprendente existen estrellas más antiguas que la propia galaxia, esto se debe a que han sido atrapadas cuando galaxias más pequeñas chocaron con la nuestra, en lo que podría llamarse una “fagocitosis galáctica”. El choque de dos galaxias rara vez supone colisiones entre estrellas, pues normalmente están muy separadas en relación a su tamaño. Normalmente el polvo dejado por las explosiones de viejas estrellas se incorpora a otras (aumentando su metalicidad), y las estrellas se añaden al conjunto de una forma más o menos suave, dando lugar a una galaxia mayor.

También existe una zona central (el bulbo galáctico), formada por estrellas viejas y algunas relativamente jóvenes (aunque no tanto como nuestro Sol), que conviven muy cerca unas de otras. La metalicidad es elevada en el bulbo, pero la actividad allí es tan alta (con la radicación derivada de esta), que la vida como nosotros la conocemos difícilmente sería posible.

Por último existen dos discos, uno enorme y viejo, compuesto por estrellas con baja metalicidad... Y uno muy pequeño, constituye solo el 0'5 % del grosor del primer disco. Este es el único lugar en el que podemos encontrar estrellas tan jóvenes como el Sol, pues es el único lugar en el que aun se forman estrellas. Es esta la región que podríamos llamar zona Ricitos de Oro de la Vía Láctea, la Zona Galáctica Habitable (Z.G.H.).

Es importante ser consciente de que esta Z.G.H. está muy limitada en el tiempo y el espacio, ha sido necesaria una gran espera para que las estrellas alcanzasen el nivel de metalicidad necesario para que se pudiesen formar planetas como el nuestro. A medida que vaya pasando el tiempo la metalicidad de las estrellas irá aumentando, y quizás las estrellas con planetas se hagan más comunes. De igual modo, solo las estrellas más jóvenes, pero alejadas de zonas peligrosas como el bulbo galáctico, podrían permitirse tener planetas rocosos y una atmósfera que los proteja de los rayos cósmicos. Esto limita la zona habitable de nuestra galaxia a una región “muy pequeña”.

Nosotros tenemos la suerte de encontrarnos lo suficientemente lejos del centro galáctico como para que la radiación no se interponga demasiado con la evolución de la vida, y al mismo tiempo da la casualidad de que nuestro planeta posee un núcleo mayor al que le corresponde, gracias al impacto de Theia (planetoide que chocó con la Tierra fusionando su núcleo y formando la Luna). Hoy en día Ricitos de Oro tendría sólo una pequeña fracción de la galaxia donde buscar un hogar en el que alojarse… si los osos no la atrapan y la destrozan antes, claro.

Tay

Esta entrada es una pequeña egagrópila de lo repasado para la mesa de astrobiología en Naukas Bilbao 2012. Para quien quiera profundizar en la dificultad de encontrar vida como la nuestra en la galaxia recomiendo el último libro de John Gribbin “Solos en el Universo”.

17 comentarios:

Juanjo Ramírez dijo...

Muy buen post, primo!
Por cierto, ¿el concepto "ricitos de oro" lo has acuñado tú? ¡Porque me parece acertadísimo! Muy ilustrativo.

emejota dijo...

Estaba echando en falta anoche a mi mejor profe de la red y apareces esta mañana, ¿serendipia?, bueno que me parece genial la entrada y que la tendré que ir digiriendo despacito. El término "Ricitos de Oro" resulta de lo más atrayente. Bss.

Tay dijo...

Juanjo

Ya me gustaría a mi!!!

Si el error del pavo inglés es un término al que le he dedicado un libro, este me lo tatuaría :D

Desconozco su origen, pero suele usarse para referirse a la zona habitable de nuestro Sistema Solar. Si bien es cierto que en cuanto a la galaxia, no se emplea, porque está muy poco "divulgado".

Emejota

Serendipia, ¡sin duda! Me alegro de que te guste. La entrada tenía dos errores menores que he corregido, por cierto.

Un saludazo a ambos!

Manu dijo...

¿Egagrópila?, vaya forma teneis los biólogos de llamar a una "pota".

Creo que Rizitos de Oro, necesita muchas más cosas para estar bien protegida de los osos que encontrarse a cierta distancia de una estrella o en cierta zona de la galaxia (ahí tienes a nuestro satélite que se podría decir que es un gemelo monocigótico del planeta en el que vivimos y está más solo que la una).
Como bien dices, la masa del planeta debe ser suficiente como para retener gas atmosférico o, al menos, ese implescindible (para la vida conocida) agua en estado líquido. Pero además debe tener un núcleo activo, ya no sólo por el escudo magnético que genera, sino para generar la propia vida primordial, tal vez. Porque puede que sin fumarolas oceánicas no hubiera vida.

Además hay grandes planetas gaseosos exteriores cuya gravedad protege a nuestro planeta de numerosos impactos de meteoritos.

Realmente no sé si la vida será un proceso evolutivo lógico de la materia que se dará de forma ineludible cada vez que se dan las condiciones adecuadas para ello, o será un hecho aislado y único (aunque me cuesta creer que irrepetible) en el universo, pero lo cierto es que la vida está aquí, en este planeta, por todas partes (al menos en este momento), pero es un acontecimiento (local, que se sepa) que parece totalmente intrascendente para el devenir del universo al que pertenecemos. Es decir, que tanto la vida, como nuestro planeta, sistema solar, galaxia, etc., son una porción de materia-energía tan aparentemente insignificantes para el conjunto universal, como lo pueda ser un átomo para nuestra escala humana.

No obstante, dado que actualmente nuestras moléculas se encuentran ordenadas en este estado vital tan extraño y especial, aprovechémoslo mientras dure (que suele ser menos de lo que la mayoría desaríamos) y vivamos mientras podamos, hasta que se rompa el delicado equilibrio (o desequilibrio mantenido) en el que se encuentra la materia-energía en estos momentos fugaces en cada uno de nosotros/as.

Hasta la eternidad...

Masgüel dijo...

"lo cierto es que la vida está aquí, en este planeta, por todas partes (al menos en este momento), pero es un acontecimiento (local, que se sepa) que parece totalmente intrascendente para el devenir del universo"

No puedo estar más desacuerdo. Es un acontencimiento local, sí, pero con alcance cosmológico. Los seres vivos son las formas más complejas en que encontramos organizada la materia. Que las condiciones para que tal complejidad pueda darse sean más o menos probables, es secundario. La cosa es que se han dado. Cuanto menos, el universo ha producido una biosfera. No solo. Además ha desarrollado bichos que inventan palabras como "universo" y "biosfera". Si solo hay vida en este planeta, su densidad negentrópica lo convierten en el punto cosmológicamente más significativo. Yo sospecho que Solaris está ahí fuera. No es mal ejemplo el de Lem. Dado que la comprejidad parece indisolublemente unida a la diversidad, probablemente la vida en cualquier otro sitio sea algo tan incomprensible como Solaris.

Manu dijo...

Hola Masgüel.

Creo que en lo que estás en desacuerdo conmigo es en la importancia de la vida y la consciencia. Para ti es muy importante, mientras que para mí es un hecho intrascendente a escala cósmica.

Bueno, estoy de acuerdo en la aparente complejidad de los sistemas vivos, que resulta muy curioso (especialmente si eres uno de ellos, como nosotros), pero creo que el universo ha seguido y seguirá su curso con o sin vida, aunque no haya nadie para observarlo y llamarlo de ninguna manera.
Creo que la vida no ha sido, es, ni será imprescindible para nada, salvo para la existencia de la propia vida, por supuesto.

Evidentemente, para nosotros (sistemas vivos en pleno funcionamiento) es lo más importante del mundo mundial, pero creo que somos algo insignificante a escala universal.

Aunque pudiera estar equivocado, por supuesto.

En fin, tampoco me preocupa demasiado, la verdad.

Un saludo.

Masgüel dijo...

Pues a mí, cuando me pongo naturalista, es lo que más me preocupa.

"para nosotros (sistemas vivos en pleno funcionamiento) es lo más importante del mundo mundial, pero creo que somos algo insignificante a escala universal."

No me habré explicado bien. La historia del universo puede leerse sin sacar mucho los pies del tiesto como la historia de la complejidad. Desde el hidrógeno al uranio a escala estelar. Desde los aminoácidos a Stravinski, a escala geológica. Y como digo, sospecho, a muchas otras estructuras probablemente tan complejas y barrocas como la biosfera terrestre.

Leída así, la historia natural nos vuelve a colocar en la cresta de la ola, tanto si somos norma como excepción, somos el vector más caudaloso de la creatividad de la naturaleza.

En el universo nada tiene sentido si no se lo pones. Nosotros somos los que añadimos sentido al universo. El que nosotros decidamos. Y puestos a inventar sentidos, el que propongo en el párrafo anterior me parece aprovechable.

Manu dijo...

Bueno Masgüel, no sé si te estoy entendiendo bien...
Entiendo que defiendes la idea del Principio antrópico ¿no?. ¿Crees que somos el summum de la creación: a- por ser "seres vivos", b- por ser "humanos", c- por ser "muy complejos", d- por ser "conscientes", e- por "otras cosas"?.

¿Si no se hubiera desarrollado la vida en la Tierra no existiría el universo?. ¿El universo comenzó a tener sentido desde hace unos miles de años, cuando nuestra especie comenzó a preguntarse por lo que había ahí arriba/afuera?. ¿Si no hubiéramos nacido tendría sentido el universo?. ¿Tendrá sentido el universo cuando muramos?.

Perdona por tantas preguntas, pero es que me gustaría aclarar conceptos.

Cuando dices:

"En el universo nada tiene sentido si no se lo pones. Nosotros somos los que añadimos sentido al universo. El que nosotros decidamos."

Con "nosotros", ¿te refieres a todos los seres vivos que han existido, existimos y existirán?, ¿sólo a ti y a mí?, ¿sólo a ti?, etc.
¿Crees que si no existiera nuestra especie (o alguna otra especie reflexiva, bien de este mismo planeta o de cualquier otro punto del espacio-tiempo) el universo no tendría sentido, pero como estamos aquí hablando de ello sí lo tiene?.

Bueno, pues allá tú.
Yo creo que somos (todos y todo) fruto de la pura casualidad (repetible o irrepetible), ni más, ni menos, que no es poco.
Creo que estamos aquí y ahora por un montón de casualidades encadenadas y, cuando menos lo esperemos, dejaremos de existir (como forma viva) sin duda, pero la vuelta al mundo "no vivo" de los átomos que nos componen en la actualidad, no creo que represente el final del universo, ni muchísimo menos..., aquí todo se recicla una y otra vez, de una forma u otra. Y no siempre en sentido ascendente hacia la complejidad, como tú dices, sino de forma aleatoria, hacia "lo que sea" (consciente o inconsciente).

Creo que el único sentido de la vida es existir, lo mismo que el resto de la materia-energía que compone el universo en el que existimos, hasta ahora, que yo sepa, todo lo que nace muere, más tarde o más temprano, pero el ciclo continúa...

Vaya debate...

Tay dijo...


Caramba cuanto me he perdido... como es mucho os respondo por mensaje, aunque me repita un poco...

Manu

"ahí tienes a nuestro satélite que se podría decir que es un gemelo monocigótico del planeta en el que vivimos y está más solo que la una"

Ten en cuenta que la luna se formó por el choqué lateral de Theia, con dicho choque se llevó por delante la corteza de la pre-Tierra. La luna está formada de parte de dicha corteza expulsada, por eso su nivel de "metales" (recordemos que metales para los astrofísicos es cualquier cosa distinta del H y He) es muy bajo.

En cuanto al resto del comentario... muy de acuerdo, esa es la idea que maneja Johm Gribbin en el libro que me ha inspirado la entrada. Son muchas muuuuchas los acontecimientos que permitieron que la vida se de en la Tierra... la vida tal y como la conocemos.

Pero el artículo está dedicado a la metalicidad, como la zona ricitos de oro lo está al agua, es solo algo orientativo.



Masgüel

Ese es un tema muy interesante, para mi hay dos tipos de astrobiología, la de "mente cerrada" y la "friki". La de "mente cerrada" es aquella que se centra en la busqueda de vida tal y cual nosotros la conocemos.

Pese a que nuestro planeta sea una rareza, la vida debe haberse dado en otros lugares de la galaxia (del Universo es obligatorio, no solo posible), más desde que sabemos que los ingredientes de la vida están por todas partes.

La versión friki es aquella que se centra en "otras" formas de vida, aquellas que difícilmente percibiríamos como vida a primera vista. Si nos ceñimos a nuestras definiciones de vida (que hay unas cuantas) nada impide que encontremos sistemas... incluso no orgánicos... que se puedan adaptar a ellas.

Creo que ambas son interesantísimas, y ambas son posibles.

voy a leer los otros comentarios...

Tay dijo...


Masgüel y Manu

Estos comentarios os los respondo juntos :D

Leed "El error del pavo inglés" (o releedlo :D ) para conocer mi opinión.

Yo también creo que el Universo no tiene sentido sin alguien que se lo dé, sencillamente porque creo que dar sentido a las cosas es un error propio de un animal social que trata de adivinar las intenciones de aquellos (y en ocasiones de aquello) que le rodean.

¿Cuan importante es esto? Pues evidentemente la importancia de las cosas siempre está relacionada con un agente subjetivo que las valora en función de sus intereses. Si lo imaginamos como seres humanos embebidos en un error del pavo inglés, será lo más importante del mundo... si hacemos un ejercicio de objetivismo que nos lleve fuera de nuestras costumbres como especie, pues pierde todo el sentido y el interés.

En cualquier caso, la idea de que nosotros seamos, como decía Sagan, "el Universo pensando en sí mismo", es una idea absolutamente fascinante.

Es un placer teneros aquí, no os cortéis en discutir :D



Manu dijo...

Hola Tay.

Sí, ya sé tu opinión. No necesito releer El error de "Mister P.", pero ya que mencionas a Sagan..., me ha venido a la memoria un video suyo que incluí en una de mis (ya antiguas) entradas del blog "Lo mejor de lo mejor":

http://lacomunidad.elpais.com/manurentzat/2008/5/16/nuestro-lugar-el-universo-

Concretamente me refiero al último video de esta entrada.

Y coincido plenamente con los comentarios que hace Carl Sagan en este video. Al 100%.

Y esa es mi opinión, simplemente.

Discutir es sano, siempre que se haga con respeto ;-D

Tay dijo...

Grande Sagan...

Discutir sin respeto a veces también es sano, cada vez que un creacionista me amenaza de muerte soy un poco más feliz :D

Masgüel dijo...

Manu, perdona la tardanza. Respondo a tus preguntas.

"Entiendo que defiendes la idea del Principio antrópico ¿no?."

Hay varias versiones de ese principio.


si se adopta ese pretendido "ejercicio de objetivismo que nos lleve fuera de nuestras costumbres", el demonio de Laplace, que no deja de ser una versión secular del ojo de Dios, sub specie aeternitatis.

"¿Crees que somos el summum de la creación:

"Summun de la creación" es una expresión que puede malinterpretarse. Yo no creo en un creador personal ni que la evolución siga un diseño previo, pero creo que la evolución de los sistemas naturales es un proceso cosmogónico, creativo. Los mecanicistas fundan su ontología en el principio de inercia y los vitalistas de una naturaleza animada por impulsos. La clave de esa disputa es teológica. Un universo muerto, mero compuesto de partes inertes, facilita la sustitución de la volutad divina por leyes matemáticas. La física es por tanto la ciencia matriz para ese programa ideológico. Explicar la vida como un accidente físico es una manera de eludir el extraño fenómeno de las estructuras disipativas, la autoorganizión espontánea en formas crecientemente complejas que presentan los sistemas en desequilibrio. Naturaleza inerte o animada. Cuestión de metáforas. Pero podemos hablar del incremento de complejidad en la naturaleza como la descripción de una progresión temporal. La expliquemos como la expliquemos, una tendencia sobre la que podemos ofrecer datos.

"a- por ser "seres vivos", b- por ser "humanos", c- por ser "muy complejos", d- por ser "conscientes", e- por "otras cosas"?."

Por A y por C, que en mi opinión son sinónimos.

"¿El universo comenzó a tener sentido desde hace unos miles de años, cuando nuestra especie comenzó a preguntarse por lo que había ahí arriba/afuera?."

El universo comenzó a tener sentido como universo hace cuatro días, cuando a alguien se le ocurrió pensar su mundo como "universo". Los seres humanos hemos dado sentido al mundo de muchas otras meneras.

"¿Si no hubiéramos nacido tendría sentido el universo?."

No.

"¿Tendrá sentido el universo cuando muramos?."

Cuando muramos todos los seres capaces de darle sentido.

"Con "nosotros", ¿te refieres a todos los seres vivos que han existido, existimos y existirán?, ¿sólo a ti y a mí?, ¿sólo a ti?"

A cualquier animal capaz de manejar lenguaje simbólico, que es el ámbito en que emerge cualquier sentido que podamos inventar.

"¿Crees que si no existiera nuestra especie (o alguna otra especie reflexiva, bien de este mismo planeta o de cualquier otro punto del espacio-tiempo) el universo no tendría sentido, pero como estamos aquí hablando de ello sí lo tiene?."

Exacto. Dar sentido a las cosas no es como, dice Tay, un error un error propio de un animal social, sino lo que permite que un animal social pueda escribir estas cosas. Los mundos de significado que permite el lenguaje simbólico no son epifenómenos, un fantasma en la máquina. La ficción no es un error. Es la emergecia de un nuevo ámbito de la naturaleza. El aumento de la complejidad y la diversidad también puede leerse como una ampliación del ámbito de lo posible. Con la emergencia del pensamiento simbólico, el reino de la ficción, la creativida de la naturaleza amplía al infinito el abanico de lo posible.

Masgüel dijo...

P.D. Algunos nos hemos malacostumbrado a los debates kilométricos de otros blogs de filosofía de la ciencia y eso de dejar un comentario y no meterse en una discusión nos sabe a poco. :)

Tay dijo...


Masgüel

Estamos llamando "sentido" a dos cosas distintas.

Cuando se habla de un sentido de la existencia o de la vida, se habla de una intencionalidad en el hecho de la existencia. Lo que yo llamo un error del pavo inglés. Pues dar intención a aquello que no lo tiene es un error.

Pero a mi parecer, te estas refiriendo a "dar sentido al Universo", como un abanico de cosas bien variado... como por ejemplo: tener implicaciones emocionales con la existencia, dar explicaciones racionales o no a la existencia, crear fantasía, hipótesis, y teorías, implicarse de algún modo con el entorno de forma activa y jubjetiva... etc.

Dos cosas muy distintas, a mi parecer.
Por experiencia, normalmente cuando dos personas discuten durante largo rato sin llegar a una conclusión común, es porque el lenguaje no es común.

Manu dijo...

Vale Masgüel, entiendo que defiendes el principio antrópico final (FAP) que, según la Wikipedia viene a decir: "un modo de procesamiento inteligente de la información debe llegar a existir en el Universo y, una vez que aparece, nunca desaparecerá".

Yo discrepo, pero como es una opción de creencia personal, allá cada cual...

"Los mundos de significado que permite el lenguaje simbólico no son epifenómenos, un fantasma en la máquina. La ficción no es un error."

En esto creo que estoy en total desacuerdo. Yo, actualmente, considero que el lenguaje simbólico sí es un epifenómeno, un fantasma en la máquina.
Por lo que a mí respecta, la mente es un epifenómeno de la actividad neuronal de un sistema nervioso, con capacidad para representar ¿la realidad? basándose en un modelo ficticio que en numerosas ocasiones (sino todas) suele ser erroneo.

Es lo que yo creo, claro, pero respeto tus creencias.

Masgüel dijo...

Manu. No defiendo el principio antrópico final. En todo caso, el débil, y a mi manera. Y reconozco que es tautológico, pero es una tautología que hay que tener muy en cuenta a la hora de plantearse el incremento de complejidad en la naturaleza, porque el mismo bicho que se plantea la pregunta, lo hace en el ámbito de la emergencia natural más compleja que conocemos, las culturas humanas.

Tay, para mí un sentido del mundo es un relato (más o menos coherente) que inventamos para orientarnos en las diversos quehaceres con que entretenemos la vida. Nada más. Yo no creo que la evolución de la naturaleza siga un plan y que sus caminos estén marcados hacia un fin. Pero del mismo modo que constatamos que el universo se expande, también constatamos que se hace más complejo. Yo creo que la complejidad se construye sin planos y si ahora hay bichos que persiguen fines e inventan sentidos, ambas cosas son femómenos que hay que añadir al catálogo de la naturaleza (no ignorar como pretenden los fisicalistas eliminativistas). La mente surge sobre la marcha, pero es real. El ámbito de la experiencia subjetiva es real y su emergencia tiene consecuencias a todos los niveles (causalidad descendente).