Vida y obra del fotón solar


La luz del Sol...

"Para dar una idea de lo difícil que es la vida para un fotón atrapado dentro de tal plasma, un fotón iniciándose desde el corazón del Sol viaja, de media, sólo un centímetro antes de que colisiones con una partícula cargada y rebote en una dirección al azar.
De modo que se mueve en pasos en forma de zigzag cada uno alrededor de un centímetro de largo, y típicamente tarda 10 millones de años para llegar a la superficie, aunque esté viajando a la velocidad de la luz. Si pudiera ir en línea recta desde el centro del Sol hasta la superficie, su viaje duraría solo 2,5 segundos. Pero ha viajado literalmente un total de 10 millones de años luz -hacia atrás, hacia adelante y hacia los lados en pasos de un centímetro- en su camino hacia fuera.

Si el camino zigzagueante fuera recto, se estiraría cinco veces más que la distancia que nos separa de la galaxia de Andrómeda, la vecina grande más cercana de nuestra Vía Láctea"


10 millones de años tratando de salir, y 8 minutos en llegar hasta nosotros...

Tay.

9 comentarios:

Imaginario dijo...

Siempre me ha impresionado mucho esa idea…
“10 millones de años tratando de salir, y 8 minutos en llegar hasta nosotros...”

Da sensación de insignificancia, consciencia de que nuestra vida es un brevísimo instante.

Un saludo

Tay dijo...

A mi me pasa igual cuando pienso en la órbita de nuestro sistema solar alrededor de la galaxia...
Son cerca de 230 millones de años creo recordar...

Somos un instante. Si de verdad algún día conseguimos salir y movernos por el espacio con cierta libertad, quizás dentro de... ¿2 millones de años? ¡seguirá sin ser nada!

Me imagino el sistema solar girando rápidamente alrededor de la galaxia como si de un time-lapse se tratase. En el mejor de nuestros futuros podríamos ser un parpadeo. También me ayuda a relativizar acerca de cuan común puede ser la vida en nuestra misma galaxia, y cuan lejos en el tiempo estamos de encontrarnos con ella...

Saludos

Camino a Gaia dijo...

Lo que nos permite viajar en el tiempo y de paso evolucionar por el camino es precisamente el hecho de ser mortales y capaces de generar copias de nosotros mismos.

Tay dijo...

Así es, al final nos queda conformarnos con la idea de que somos parte de algo, o de que nuestra propia independencia como personas no es más que un artificio evolutivo.

Pero al referirme a que no somos nada, no me refería a los individuos (eso ya ni me lo planteo), sino al ser humano como especie, o a la vida compleja en la Tierra si me apuras. Un parpadeo en mitad de ninguna parte.

Un saludo Camino a Gaia

emejota dijo...

Absolutamente de acuerdo. Cuando descubrí esa sensación me sentí tan, tan liberada de una mismidad tan pesada e imbecil, que tuve que salir por patas. Beso.

Anónimo dijo...

Por alguna razón (a esta altura obvia) esta situación me recuerda los años que pasé educándome...

Hugo Chinga G.

Tay dijo...

Emejota

Yo recurro a esa sensación todo lo que puedo, trato de integrarla en mi comportamiento del día a día, y creo que hace sus frutos.

Hugo Chinga

¡Pues entonces vamos por buen camino!

Me alegra volver a leeros
Saludos!

Manu dijo...

Cuestión de escalas...
Lo realmente increible es que con nuestra insignificancia (temporal entre otras cosas) lleguemos a poder ser conscientes de estas magnitudes tan descomunales (para nuestra escala, claro). Que comunidades celulares más raras somos, pardiez...
Saludos y abrazos varios.

Tay dijo...

Manu

Raras raras...

Tengo por ahi una cita que viene muy a cuento de todo esto, a ver si la encuentro y la publico aqui,

Saludos